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VENGAN A MI LOS QUE ESTAN AFLIGIDOS
¿Sientes alguna vez cansancio y aflicción? ¿Qué es lo que más nos agobia y nos cansa?
Quizá lo que más cansa es la lucha cotidiana contra el mal, que parece que siempre nos gana. El mal quiere masacrar nuestros amores, y con la muerte de nuestros seres queridos nos golpea hondo, con intención de vaciarnos del sentido de la vida... Jesús, Hijo de Dios, nos llama: ‘Vengan a mí todos los que están cansados y afligidos, y yo los aliviaré”.
Pero podrías pensar, ¿qué tipo de alivio puede ofrecerte Jesús?
Si miramos hoy a Jesús, vemos que lleva las marcas de su lucha con la muerte, en sus manos, en sus pies, en su corazón, pero está de pie. Jesús es el crucificado resucitado; el que estaba muerto y ha vuelto a la vida; es el Hijo de Dios que ha vencido a la muerte, y nos busca con un amor más poderoso que el mal y más fiel que la muerte. Por eso, si miramos a Jesús resucitado, su imagen nos cura del desaliento, del cansancio, de la aflicción que provoca en nosotros la imagen deprimente de la muerte...
Mirar a Jesús nos mueve a creer que si nos unimos a Él, triunfaremos con Él y como Él. (Cfr. Rom. 6,8 2°Cor.13, 4 Tim2, 11) Por eso, Jesús nos dice con razón y verdad: "Vengan a mí todos los que están cansados y afligidos que yo los aliviaré", porque en Él resplandece un amor probado y victorioso, más fuerte que el mal y que la muerte.
(Autor: Guillermo Ortiz, S.J.)
VENGAN A MI LOS QUE ESTAN AFLIGIDOS
¿Sientes alguna vez cansancio y aflicción? ¿Qué es lo que más nos agobia y nos cansa?
Quizá lo que más cansa es la lucha cotidiana contra el mal, que parece que siempre nos gana. El mal quiere masacrar nuestros amores, y con la muerte de nuestros seres queridos nos golpea hondo, con intención de vaciarnos del sentido de la vida... Jesús, Hijo de Dios, nos llama: ‘Vengan a mí todos los que están cansados y afligidos, y yo los aliviaré”.
Pero podrías pensar, ¿qué tipo de alivio puede ofrecerte Jesús?
Si miramos hoy a Jesús, vemos que lleva las marcas de su lucha con la muerte, en sus manos, en sus pies, en su corazón, pero está de pie. Jesús es el crucificado resucitado; el que estaba muerto y ha vuelto a la vida; es el Hijo de Dios que ha vencido a la muerte, y nos busca con un amor más poderoso que el mal y más fiel que la muerte. Por eso, si miramos a Jesús resucitado, su imagen nos cura del desaliento, del cansancio, de la aflicción que provoca en nosotros la imagen deprimente de la muerte...
Mirar a Jesús nos mueve a creer que si nos unimos a Él, triunfaremos con Él y como Él. (Cfr. Rom. 6,8 2°Cor.13, 4 Tim2, 11) Por eso, Jesús nos dice con razón y verdad: "Vengan a mí todos los que están cansados y afligidos que yo los aliviaré", porque en Él resplandece un amor probado y victorioso, más fuerte que el mal y que la muerte.
(Autor: Guillermo Ortiz, S.J.)
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